27 febrero 2007

Mi yo y mis circulos en el tiempo y el espacio

En cuando nacemos, nuestro conocimiento, nuestro cuerpo y nuestra conducta condicionan nuestro yo desde el entorno más cercano al más exterior. Como circulos que abrazan nuestro yo mas profundo , se van expandiendo y anexionando nuevas incorporaciones que alimentan nuestro conocimiento, nuestra experiencia, nuestros vinculos; así, nuestras raices se van ampliando y fortaleciendo, a la vez que creando un tronco mucho mas consistente, más identificado y más personal y diferenciador de los demas, sean personas, animales u objetos. Esos circulos o circunstancias que vamos recogiendo y nos envuelven, bien con la experiencia, bien con la formación o con el bagage cultural , geografico o social al que pertenecemos, esos circulos, pues, son los que nos dan el perfil que nos condiciona, nos diferencia y nos proyecta. Mi eternidad será la que esos circulos me hayan definido.

De estos circulos, los hay inalterables, que nos condicionan ajenos a nuestra voluntad, como son los de nuestro origen, familia, nuestras herencias y genes, etc.; otros son modificados en el tiempo y en el espacio, y son los que hemos ido adquiriendo con la formacion, cultura a la que estamos integrados, vida social y contactos ; algunos los moldeamos con la ayuda de otros circulos variables, son los más arriesgados, ya que el único responsable es el que los manipula para crear su propia imagen, su propio destino, su propio futuro de acuerdo a sus propios principios.

Todas nuestras circunstancias nos marcan y condicionan, aunque podamos renegar de las invariables y sobreponer las variables para sustituir las genericas, aún así siempre seremos y nos manifestamos de acuerdo a los circulos con los que nos vistamos y nos rodeemos.

Aunque siempre he alardeado de hacerme a mí mismo, nunca renuncié a mi familia, ni a mis origenes en Valencia, y las creencias y costumbres de mi familia me han marcado, así como los centros de formación por los que he pasado y lo que he aprendido; la tierra que me vio nacer es la que me dió las primeras imágenes, los primeros olores, los primeros sabores y los primeros sonidos. Lo que yo he tomado por mi cuenta es lo que he conseguido a costa de alejarme de mis circulos más cercanos y convertir esas circunstancias en mi entorno propio; ambos, mi yo y mi entorno, en el contexto de un espacio y de un tiempo, configuran mi personalidad. El hombre, como dios de sí mismo tiene el poder de reorganizar esos circulos, renunciar de unos o incorporar otros.

Las personas estan condicionadas por sus circulos (metafóricamente hablando), pero que realmente la han creado así, y su comportamiento, su carácter y su futuro la estan configurando desde la aceptación de esos circulos recogidos desde el presente. Dentro de ese espacio y tiempo en el que estamos condicionados, dentro de ese cruce de vidas, historias y biología en el que estamos condicionados. Porque desde el exterior nos estan creando (el cruce de historias y vidas en el tiempo y en el espacio); desde el interior nos estamos creando (nuestros circulos, nuestra herencia biologica), por tanto, nos sentimos dioses creadores y nos remitimos a los dioses que nos crean. En el interior del hombre hay una lucha continua entre el propio dios y los demas dioses por darle vida y eternidad. La falta de empeño, de actividad y el desgaste, pone fin a su vida, que no a su eternidad.