07 mayo 2008

Así en la tierra como en el cielo

Cuando el hombre empezó a sentirse más inteligente que el resto de los seres vivos que le rodeaban. Cuando el hombre se dedicó a filosofar (a preguntarse del porqué de las cosas), y empezó a dar nombre a todo lo que veía, a dar explicación a todo lo que sentía y, en definitiva, a reconocerse en el cosmos que le envolvía y a crear desde su posicion privilegiada, creó tambien la religion.

Todas las religiones tienen un principio de verdaderas y todas, desde que nacieron, desde las más básica magia hasta la más teológica, se han fundamentado en agradar a los dioses para recibir sus favores finitos o infinitos, porque todas las culturas y civilizaciones que las han creado han buscado un mismo fin: "religar" al hombre con uno o varios dioses superiores a él, con la eternidad. Lo de la "revelacion", que esa religion ha sido revelada a alguien, merece trato aparte, que no aquí y ahora. Es por eso, que si existe un cielo para los que abandonan el espacio y el tiempo terrenal y presente, participando de un espacio eterno, o tal vez se regeneran en otros tiempos y espacios finitos hasta llegar a la eternidad, eso no lo cuestiono ahora, si existe un cielo (eternidad), digo, para los humanos, no entiendo porqué no ampara tambien a todos los seres vivos, incluida mi mascota Waldo, que nos dejó hace pocos dias. No concibo un cielo (eternidad) diferente para unos y otros, merecida para todos y, porqué no coincidir en un mismo cielo (eternidad) todos aquellos que han compartido una existencia comun, y que la sigan conviviendo en la bienaventuranza infinita.

Me tranquiliza el pensar y el creer en esa felicidad, y en que llegará el día en que los que hemos ocupado un tiempo y un espacio comun, volvermos a vernos y, entonces, disfrutaremos tambien de un espacio infinito. Si hemos convivido un tiempo feliz con la familia, los amigos, conocidos (fisica o intelectualmente) y animales queridos, porqué no hacerlo en una consciencia eterna, sin el desgaste del tiempo, las emociones, las distancias ni las necesidades.